El local es pequeño y muy acogedor, si no eres de la zona y eres turista será difícil que acabes allí, pero si siguen así, lo más probable es que las diferentes plataformas de restaurantes lo empiecen a recomendar y finalmente sea visitado por amantes de la buena comida que residan en otras provincias, ya digo de entrada que lo merece.
Voy a empezar por lo malo, que no es que se malo en si, al día siguiente de haber estado cenando allí nos enteramos que arriba también tiene una sala que es mucho más acogedora e ideal para comer o cenar en pareja, el problema es que no nos ofrecieron esa posibilidad, a la hora de reservar por teléfono las opciones que nos dieron fueron » dentro en la sidrería o fuera», elegimos dentro, pero claro, no sabíamos que arriba también se podía, nos hubiera gustado que nos hubieran dado esa posibilidad, pensamos que al no ser fin de semana no existía esa posibilidad.
Ahora vamos con lo bueno, que es todo lo demás, el local está muy limpio, cuida bastante los detalles, la atención excelente, cercana pero educada, muy amables, pacientes y explicando todo a la perfección.
La comida estaba espectacular, por eso vamos a repetir cada vez que vayamos a Asturias, de primero para compartir unos huevos con jamón Joselito, un plato que recomiendo al 100%, de segundos pedimos atún sobre base de arroz verde, cubierto con jamón y anchoas, riquísimo, una combinación de 10, el otro segundo fue una ventresca, tamaño muy considerable, fresca, jugosa, el punto de cocción era perfecto.
Las raciones son grandes y de calidad, por eso pedimos solo un postre para compartir, un bombón estilo ferrero rocher pero tamaño XL, estaba muy rico también.
Vamos a volver seguro.